La iglesia mancha mi nombre

Juan Antonio Martínez Camino, aparte de portavoz de la conferencia episcopal es un hombre feliz al que un día le regalaron unas botas de agua y se dedica a ir de charco en charco chapoteando ufano, ajeno a toda crítica.

Parece no darse cuenta el obispo Jesuita que con sus chapoteos nos está salpicando de barro a muchos creyentes que hace tiempo decidimos cuestionar la Biblia y la propia iglesia pero que seguimos siéndolo; Nunca perdimos la fé, y subvencionamos muchas obras y proyectos de caridad y desarrollo.

Este hombre lleva dando que hablar desde hace años dejando titulares picapedrescos por doquier para alegría y solaz de laicos, ateos y profesionales del anti-catolicismo.

"El matrimonio (por lo civil) es la unión de cualquier ciudadano por tres meses, y a los tres meses ese contrato puede ser disuelto por cualquiera de las partes, sin dar ninguna razón. Es decir, es un contrato mucho más leve que contratar un servicio telefónico o de telefonía móvil, que usted tiene muchas dificultades para rescindirlo, para celebrar uno nuevo", Si esta frase la dice un jurista no le pondría objeciones pero el Sr. Martínez Camino la dice para desacreditarlo en favor del matrimonio por la iglesia. Básicamente lo que quiere decir el Sr. Obispo es que hay menos amor en un matrimonio civil; Un rollito de verano con papeles.

Vamos a analizar un dato: Según el Instituto Nacional de Estadística, en el primer semestre de 2010 se registraron 75.708 matrimonios de los cuales un 64,3% fueron civiles y un 34,2% por la iglesia. La cifra es sí ya es baja pero además me pregunto: De ese 34% ¿Cuantos se han casado por la iglesia convencidos?

En la empresa donde trabajo casi todos tenemos la misma edad y en los últimos 3 años los matrimonios se han producido en cadena. Yo aún me libro porque soy de los que piensan que es tontería afirmar que el helado de chocolate es tu favorito cuando hay tantos sabores que no has probado. Si me quedo soltero quizá el día de mañana me arrepienta; Si me caso sin estar convencido el día de mañana me arrepentiré y le habré hecho mucho daño a la otra persona. Bueno, ya estoy escalando por las ramas...me centro.

6 matrimonios y todos por la iglesia. En uno de ellos la pareja deseaba casarse por la iglesia convencida; En los otros 5...o porque la boda “queda más bonita” y/o “porque si no a mis padres les doy un disgusto”. No creo que mi empresa sea un centro de reclutamiento de ateos, por tanto, ¿Son estos los puros matrimonios eclesiásticos de los que usted presume Sr. Martínez Camino?

Amor y Fé, que esos dos conceptos que Dios ha unido, no los separe la iglesia. El amor entre dos personas no se mide por un contrato lo redacte quien lo redacte. Hablando del alarmante crecimiento del numero de divorcios, la falta de paciencia, nuestro modo de vida o sencillamente el cansancio son inherentes al ser humano, no solo a los ateos. Dos personas que se unen lo hacen pensando en que será para siempre, no teniendo en cuenta los divorcios express.
Si algún día me caso y tengo dinero lo haré ante Dios en una iglesia; Si no tengo dinero lo haré ante Dios en un juzgado. Ya se que es algo que la iglesia no entiende...y así les luce el pelo. Recintos vacíos, falta de seminaristas, cabezas gachas ante la falta de contundencia contra la pederastia...semillas caducas dan árboles secos.

Fé: Yo tengo relaciones prematrimoniales, uso preservativo, no voy a misa; Peco según sus preceptos. Cuando viajo y voy por la costa, me suelo parar y sentar en las rocas más cercanas al mar para que con el batir de las olas, la espuma me llegue fresca y suave a la cara. No tengo dudas en la Fé, pero en esos momentos, esta se hace más fuerte. Mirando el mar, aún a riesgo de parecer cursi, me he llegado a emocionar, lo que vulgarmente conocemos como llorar por dentro. Para mí, el conjunto es totalmente lógico. Supongo que para la iglesia y muchos católicos no soy más que un incoherente pecador.

Podría haber escogido alguno de sus otros grandes éxitos como “No hay que recomendar el preservativo en ningún caso” o aquella de “hay que dialogar con los terroristas” pero he preferido centrarme en esos dos conceptos básicos y que a mi modo de ver, la iglesia los ha catalogado y acotado a su antojo humano. Ya escribí sobre la mano del hombre en la Biblia.

Temo a Dios y pagaré por mis pecados pero si algo tengo claro es que los rezos no me librarán del castigo. El día a día, intentar ser mejor persona, tratar a todos como iguales, eso si que nos servirá de descargo.

La iglesia necesita publicistas. Es triste ver como se pierden entre las críticas las misiones, los millones y millones de personas que sobreviven gracias a la iglesia, los buenos consejos de los curas correctos. Pregúntale a un gobierno de izquierdas porque no quitan las subvenciones a la iglesia pese al clamor de muchos de sus militantes…la respuesta es muy sencilla. No quieren a millones de personas de un día para otro abandonadas en las calles.

El vaticano es un faro que deslumbra; Una escuela en un pueblo de África es una vela que apenas ilumina alguna publicación especializada.

Hay tantos problemas reales que sorprende y asquea ver como se centran en cuestiones tan propias de siglos pasados. Hambre, falta de Fé, persecución de los cristianos en muchos paises, guerras, pederastia. Mucho trabajo por hacer; Muchas batallas en las que los cristianos entrariamos con gusto.