De aquellas dudas vienen estas chapuzas

“El mundo se mueve única y exclusivamente por dinero” decía mi profesora de historia. Partiendo de esa base, toda guerra es susceptible de verse interpretada en clave monetaria. Como nadie ayuda gratis, tenemos hambre en el mundo, dictaduras, violaciones de derechos humanos etc.

El petróleo manda; Por el se mata, se muere y se conceden mundiales de futbol, por ejemplo.

A todo esto no es lo mismo quien organice una guerra, como se está pudiendo ver actualmente. Generalmente “la derecha” no sabe vender su producto y trata de solucionar los problemas cueste lo que cueste y “la izquierda” es experta en marketing y publicidad esperando a que los problemas se resuelvan solos cueste lo que cueste.

En Irak había petróleo…y torturas, violaciones, asesinatos. Esto último no les importaba ni a la derecha, ni a la izquierda, ni a los artistas ni a los manifestantes en general del “No a ESA guerra”. Bush se buscó una excusa barata para vender la guerra y así le salió. Si en vez de armas de destrucción masiva hubiese apelado a los derechos humanos y bla bla bla a lo mejor hubiese colado su ofensiva en las mentes de todos los “progres” comprometidos que sólo salieron a la calle cuando el americano puso pie en el desierto.

En Libia teníamos más de lo mismo. Dictador, tortura, asesinatos y la complacencia del resto del mundo, pacifistas de ocasión incluidos.

El pueblo se revela por contagio y Gadafi responde haciendo lo que mejor sabe hacer, matar.

Pero algo importante es distinto. El que parte el bacalao, que como ya dije ganó la partida de póker presidencial por llevar color, es del margen izquierdo. Escarmentada la comunidad política internacional con el caso “Azores”,  y apelando a lágrima del ciudadano medio (prefiero denominarle ciudadano regular) y apoyada en el cheque en blanco que dan ciertas ideologías para hacer lo mismo que el contrario sin sufrir las consecuencias, decide entrar en guerra.

Ahora no hay “No a ESTA guerra”, no hay Bardenes exaltados, no hay Bonos redefiniendo el papel del soldado en las contiendas…no hay vergüenza, vamos.

Ahora todo está bien, no importa que Libia tenga más petróleo que granos de arena, ahora las muertes inocentes son inevitables…ahora se está haciendo lo correcto.

Dejando aparte este doble (y eterno) rasero, cuando uno empieza dudando, mala cosa.

Se quejan los países que la intervención está resultando de andar por casa, improvisada, sin orden ni concierto…normal.

Se están planteando que entre la OTAN a pegar un puñetazo en la mesa pero como si de un concurso de mises se tratase, los egos, las envidias y la baja casta de los gobernantes ha hecho su aparición en escena para entorpecer todo lo que le quite protagonismo a uno. Todos quieren poner el pie encima del Gadafi muerto para la foto del triunfo ¿aliado?

Pepe Blanco restriega en los morros del rival una resolución de la ONU. ¡Acabásemos!, una resolución de la ONU, la pulsera de colores del parque de atracciones Libio.

Nunca me cansaré de recordar como esa organización de bastardos evitó escribir la palabra “genocidio” en Ruanda para no tener que intervenir militarmente en serio. ¿Cuántos negros de mierda y pobres como ratas murieron allí? ¿1.000.000, 2.000.000?

Por toda esta basura… ¿a que están jugando? , ¿De que trata todo esto?, ¿Estamos salvando libios o buscando votos?

Entre los unos que no pueden disimular los colmillos y los otros que pierden la mayor parte del tiempo en disimularlos…el desierto sin barrer.