El Papa, papeando

Ha llegado el Papa a España y lo que antes suponía sonido de Ferrari a tope de vueltas ahora se revoluciona menos que un vespino.

Zapatero a lo suyo no vaya a ser que pierda el apoyo de la masa supurante de anticatolicismo. Y es que vomitar contra la iglesia sin acordarse de las misiones, Manos Unidas, caritas etc. es lo que uno ha de hacer si no quiere verse marginado en corrillos de bar o trabajo.

Y algo de razón (no mucha) tienen, si acaso da para alguna arcada ante las declaraciones obsoletas y subjetivas que promulga; La defensa acérrima de la familia tradicional (En España supongo que será la de padres divorciados)  despreciando a las otras (las homosexuales) es una de ellas. Siempre me ha parecido irónico que uno de los argumentos sea que si todos fuésemos homosexuales la raza humana se extinguiría; Esto es cierto, tanto como si todos los hombres fuésemos curas…



A mis niños de 1000 años



Mi abuelo es mi pastor
nada me falta



La iglesia pierde fuerza y yo como cristiano me apeno pero lo comprendo. Si yo que tengo Fé estoy lejísimos de Roma, no es de extrañar que ateos y dubitativos estén en otro planeta. Tengo ganas de escribir un artículo extenso sobre Fé, Iglesia y Biblia desde mi punto de vista pero será otro día.

Subidos en el mismo caballo de batalla está el aborto (aquí si coincido con la iglesia) y el arcaico discurso contra los metodos anticonceptivos. Esto es algo donde deberian modernizarse. Acotar el sexo sólo para procrear es como intentar pretender que de la boca solo salgan cosas interesantes que decir. Hay tiempo y ganas para todo; El sexo compartido (en el caso de los que somos guapos) o la masturbación (para los que además de guapos somos unos golfillos) es un placer tan humano y natural, amén de sano, que tratar de prohibirlo se me antoja contra natura. Quiero creer que si Dios considerase asesinato la eyaculación sin fines fecundativos, hubiera eliminado las poluciones nocturnas del diseño original.

Y en estas estamos, El Papa (la iglesia) no puede y no debe aparecer en un concierto de rock como artista invitado, simplemente ha de revisar unos escritos que si bien se basaban en la palabra de Dios, la huella humana de los interpretes de aquel tiempo es más que evidente.