Michael Moore tiene las patas muy cortas (Parte II)

Wikileaks, como ya dije en otra entrada ha resultado un amigo un tanto hijo puta para todos lo que se frotaban las manos de alegría al ver la América conservadora y al capitalismo por los suelos. En España todos se reían a gusto hasta que se destapo el caso Couso y vieron como el PSOE se comportó miserablemente en su defensa. Ahí empecé a escuchar eso de “bueno, hay que tomar la información con cautela” etc.
Algo parecido se está fraguando en el caso que nos ocupa hoy. El ídolo se tambalea aún más…veamos porque.

Lo primero que choca es que el documental está prohibido en Cuba. Que sorpresa teniendo en cuenta que es un constante elogio a la magnífica sanidad cubana. En EEUU no (cerdos democráticos). La razón es muy sencilla, en cuba la gente puede montar en cólera al ver esos hospitales de ciencia ficción reservados para una elite minoritaria.
“el régimen sabe que la película es un mito y no quiere arriesgarse a una reacción violenta de la gente cuando los cubanos vean unas instalaciones que no están disponibles para la inmensa mayoría de ellos". Cuando el personal cubano de la legación estadounidense vio la película algunos se molestaron tanto por la descarada distorsión del sistema de salud en Cuba, que "se fueron de la sala".
Dice un medico cubano en los cables.

El documento en general no tiene desperdicio. Principalmente narra las peripecias de una doctora de la delegación America de excursión por la sanidad pública cubana.
Curiosa es la comparación que establece entre el hospital que aparece en el documental y uno “para cubanos”.

"Debido a la alta cantidad de extranjeros que son tratados y operados allí, la mayoría de los cubanos no tienen acceso a este centro. La única forma sería a través de algún familiar o enchufe que trabaje allí y un regalo de unos 21,6 dólares al administrador del hospital” hablando del hospital Hermanos Ameijeiras, el que con orgullo mostraba Michael.

Por el contrario, del hospital Salvador Allende para cubanos comenta: “No veo ningún medicamento real o cuidado de enfermería. Mientras miraba a los paciente no podía evitar pensar que en sus propias casas podrían estar mejor atendidos que allí. Tenían que traer sus propias bombillas si querían tener luces en sus habitaciones. Los interruptores y las perillas habían sido robados de la mayoría de las habitaciones. Había que conectar cables pelados para conseguir electricidad. No había aire acondicionado y pocos pacientes tenían ventiladores de suelo. Tenían que traer sus propias sábanas, toallas y comida suplementaria". Si la información es cierta, la realidad es bien distinta a la pintada por Moore.



Hospital Calixto García



La descripción que hace del cirujano jefe del hospital Calixto garcía (también apto para cubanos) es más propia de una película gore (Y yo se mucho de ese género) que de un hospital:

“El cirujano jefe era un hombre delgado, con aspecto desaliñado, sin afeitar, con un cigarro entre los labios, llevaba un bata blanca de laboratorio hecha jirones, sin una camiseta debajo. Dijo que su salario era unos 565 pesos (aproximadamente 22 dólares) al mes".

Para terminar, una mención especial a los pacientes de SIDA que bien podríamos confundir con judíos en la Lista de Schindler:

"Los pacientes seropositivos tienen la letra SIDA estampada en sus documentos de identidad. Ni que decir tiene que en un país donde se debe enseñar el carné desde para comprar la ración mensual de comida hasta para comprar un billete de tren, la persona queda estigmatizada de por vida. No hay confidencialidad entre el paciente y el doctor y la discriminación es muy fuerte"


Vi el documental hace un año adoptando una postura escéptica desde un principio ya que conocidos míos me habían contado anécdotas tales como la imposibilidad de comprar algo más que vendas en las “farmacias” fuera del circuito turístico, por poner un ejemplo.

La impresión que me dio antes de saber estas revelaciones era que estaba asistiendo a un rodaje de película de ciencia ficción. Era todo tan bonito, tan desarrollado, tan solidario que una vez más no me explicaba ese afán de muchos por huir de la isla.

¿Nos lo creemos a pies juntillas como se hace con los trapos sucios del conservadurismo? ¿Lo dejamos en stand by?