Ciudadano dictador

Un buen día un político mirará a una joven pareja y su recién nacido, con esa mirada engatusadora que sólo él sabe poner. Le dirá a la madre que es por su bien, que es por su seguridad, “sabes que soló pensamos en lo mejor para los ciudadanos”; “Lo sé” responderá ella aún con ciertas dudas. El político atacará: “imagina que lo secuestran”, La madre abrazará más fuerte a su hijito mientras mira a su marido que le devuelve una mirada cómplice asintiendo afirmativamente con la cabeza.

El político acariciará con mimo una mejilla del recién nacido “está tan indefenso en este mundo cruel que seriamos unos irresponsables si no hiciéramos algo por ellos”...entonces la madre y el padre, sonrientes y apretándose con fuerza cariñosa las manos dirán: HÁGANLO.

Un segundo después el político cambiará la sonrisa amable por una sonrisa de satisfacción y le hará un gesto apenas perceptible al medico que ha escuchado paciente toda la conversación. Este, asirá con firmeza un brazo del niño y con un aparato parecido a una grapadora, le insertará al bebe un chip de localización.

Al principio será voluntario pero no pasará mucho tiempo, aprovechando cualquier secuestro, real o no, cualquier detención, cualquier ataque terrorista, para que sea obligatorio. Por nuestro bien, siempre por nuestro bien y con la autorización inconsciente de millones de ciudadanos.

No pensé que volvería a tocar el tema del tabaco pero el cierre del Asador Guadalmina y el jolgorio posterior de los borregos dictadores, ciudadanos de a pie que ahora ríen satisfechos y mañana llorarán confusos, me ha obligado a hacerlo.

En una entrada anterior ya expuse los motivos por los cuales pensaba que era una injusticia esa intromisión gubernamental en un negocio privado. También centré la critica en las personas de la calle...los ciudadanos dictadores.

Hoy empezaré con los hosteleros. No saben los propietarios de los locales lo que están haciendo

al tragarse este sapo. Como no sabemos los españoles lo que hemos hecho aceptando lo de las jubilaciones esclavistas. Y mientras, los compañeros de los hosteleros rebeldes, callados como putas. Pusieron su dinero para abrir el local, pusieron su dinero para adaptar los locales a la antigua ley y a hora ponen la cama a esta nueva ley. No pidáis vaselina el día de mañana.

Mañana, llegará un gobierno y les dictará el menú que tienen que poner o peor...vayan a por el alcohol. Quizá les prohíban servir alcohol o como en algún lugar, les prohíban servirlo, por ejemplo, antes de las 19:00, que es cuando se supone que la mayoría ya ha terminado de trabajar y hay menos peligro en la carretera. ¿Podrían vivir los restaurantes, los bares y las discotecas de cafetitos y comiditas? Señores...que esto no es ciencia ficción, que será el próximo paso.

Todo ello al amparo del increíble argumento estatal solo apto para egoístas descerebrados de “lo hacemos por su bien”, “es por su seguridad”.
Y ¿a quien le pedirian ayuda? ¿A esas grandes cadenas de restauración como el grupo VIP'S que despues de gastarse un dineral en mamparas ha acatado fielmente la ley? ¿A los grandes supermercados que estarían encantados de ser los únicos vendedores de alcohol?, ¿Al ciudadano?

LIBERTAD, FRATERNIDAD Y RESPONSABILIDAD

Ciudadanos atentos

A mi, si prohíben la venta de alcohol en España me da absolutamente igual. De hecho,me parecería buena idea desde el punto de vista del conductor responsable, preocupado por tanto borracho al volante.

Ahora bien, si hubiese un referéndum (Libertad) al respecto, jamás votaría a favor de la prohibición (Fraternidad). Por contra, si estaría dispuesto a apoyar un endurecimiento de las penas por incumplir la ley de separación de espacios fumadores-no fumadores así como de las aplicadas a conductores con alcohol en sangre (Responsabilidad).

El problema principal es que la gente no ve más allá de sus narices. No fuma y prohíben fumar. A él no le afecta y aplaude al estado. No se para a pensar en la incongruencia de un gobierno que mientras prohíbe se enriquece con los impuestos de lo prohibido; No le importa la vulneración de la propiedad privada y sobre todo, no se pone en la piel del otro. Ciudadano dictador.

Les llegará su San Martín en forma de limitadores de velocidad para los coches, o chequeos de salud obligatorios, o dietas forzosas para gordos o prohibiciones del alcohol o quizá ¿por qué no?, eliminar la violencia de las películas...soñar es gratis censores en bata y chancletas ¿verdad?

Es triste ver que la única capacidad de decisión que le otorga la democracia al pueblo es la de denunciar al prójimo, la de acusar, la de chivarse.

Que bonito sería vivir en un pais donde se te dejase permitir, PERMITIR, no PROHIBIR.

"El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máximo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás". Aldous Huxley.