martes, 7 de diciembre de 2010

Dadme una ideología y asesinaré el mundo (Parte I)


El siglo XXI tenía que haber sido otra cosa; Debía oler a XXII y atufa a XX. La dictaduras siguen salpicando de muertos el planeta sin que nadie las pare, las dictocracias están llegando a tal punto de injusticia, ilegalidad e irresposabilidad que el voto no es más que el mendrugo de pan y vaso de agua necesario para que no muramos de hambre y el ciudadano ¿libre? ha llegado a tal punto de sumisión que mereceriamos que el mundo tuviese un botón de "Reset" y alguien lo pulsara. Intuyo que el famoso botón rojo que supuestamente tienen los dirigentes más poderosos es lo más parecido, pero como todo lo fabricado por el ser humano para satisfacer a unos tienen que morir otros.
Todo esto me ha hecho recordar mi primer día de COU en clase de historia. La profesora de unos 55 años pasó lista, se puso de pie, se quedo pensativa unos segundos y dijo:

- El mundo se mueve única y exclusivamente por dinero. Olvidaos de ideologias y demás chorradas. Las ideologías no existen, sólo el dinero.

Huelga decir que con cada capítulo de la historia que explicó nos demostró sobradamente aquellas afirmaciones.
El hombre prostituye todo lo que toca; Desde la Biblia al al Manifiesto Comunista. Desde la pólvora a una vacuna. Me hace gracia ver como una madre le dice a otra "lo siento, es un niño, no sabe lo que hace" despues de que su hijo de 2 años ha golpeado a otro repetidas veces para quedarse un juguete.
Por desgracia el niño sabe perfectamente lo que está haciendo; Probablemente no conozca el concepto de muerte, ni siquiera la palabra muerte pero ha golpeado al otro con todas sus fuerzas para "anularle" hasta que suelte el juguete. De ahí hasta su fallecimiento, trataremos de amaestrarle para convertirle en "Un ser humano". 
Siempre decimos que no te puedes fiar de un felino por muy amaestrado que esté...
Toda la vida es una represión. Nos reprimen las leyes, la moral, la ética, la sociedad y uno mismo.
Yo sin ir más lejos tengo que reprimirme para no echar fuera de la carretera a otro coche que trata de hacer una maniobra ilegal para ganar tiempo, o no pegarle un puñetazo en la cara a un funcionario que no me entiende, o sencillamente no clavarle las llaves en un ojo a un imbecil que me ha mirado mal.
Y así día tra día.
No se si es sano y no sé si es lógico.
A veces pienso que lo mejor sería un mundo sin leyes. No habría hipocresía, ni ideologías, ni prohibiciones. La ley del más fuerte, la ley de la naturaleza.

Pero tambien a veces recuerdo que tenemos cerebro. Que somos más inteligentes que el resto por alguna razón. No sería lógico que en un planeta se crease una especie con músculo y cerebro y reinase la ley del más fuerte porque...lo arrasaría todo sin rival que le parase los pies. Séria autodestuirse absurdamente. Si algo nos enseña la naturaleza es que todo tiene una función. El cerebro se creo para algo más, quizá para poner orden.
El ser humano ha ido perdiendo pelo a lo largo de los siglos porque no era útil. A lo mejor somos una especie muy joven y dentro de unos siglos empezará a perder violencia desde su nacimiento.
Decía mi admirado Vicente Ferrer que el día que el hombre entendiese que la mitad del corazón es para quererse uno mismo y la otra mitad para querer a los demás, habría paz en el mundo. Creo que tiene razón. La gente hace daño a otros porque no los quiere o porque no se quiere a si mismo y lo paga con los demás.


 

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