lunes, 29 de noviembre de 2010

Hipocresía de lluvia trás los cristales.




Que la hipocresía es una religión con más adeptos que la cristiana y la musulmana juntas es algo tan conocido como pasado por alto y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. Pero los hipócritas nos dividimos entre los que la cometemos sin darnos cuenta en un primer momento y después la corregimos y no la repetimos y los que campan a sus anchas en ella dejando la ética al lado del despertador al irse a dormir.
Hoy voy a describir un par de casos muy de izquierdas lo cual me convertirá a los ojos del lector en un Franquista antidemócrata y por ende temeroso del progreso y azote de homosexuales porque en este país o eres zurdo o mereces que te corten el brazo derecho; Los que nos consideramos sin ideología  concreta o más bien cogemos de aquí y de allá (a mi me gusta decir lógicos) somos vistos como bultos sospechosos en el mejor de los casos y fascistas camuflados en la mayoría del resto. Por poner un ejemplo yo soy cristiano convencido pero no hago diferencias entre un heterosexual y un homosexual y esto que para mi resulta de lo más normal es una postura tomada con recelo desde ambos bandos políticos. Me da igual lo que la gente opine, hoy tocan un par de hipocresías de izquierdas y punto.
En mi trabajo hay mayoría de izquierdas nada silenciosa y Aznar (el demonio), la guerra de Irak y la flexibilización del mercado son temas comunes en corrillos de desayuno. Pero dejando de lado la vestimenta ya que hoy en día puedes ver “pijos” que parecen salidos de Woodstock y comunistas vestidos de Armani hay ciertos comportamientos cómunes muy habituales en los centros de trabajo.
-         El socialista se pasa de septiembre a junio criticando la masificación de las costas (especialmente las del levante y las murcianas; Que ambas estén gobernadas por el PP es pura casualidad) y te habla de degradación, ecología, especulación etc. Y de repente llega un día de Julio y te espeta con una sonrisa triunfal: “tío, he conseguido un apartamento para el verano en primera línea de playa que flipas”…efectivamente, flipo.
-     La socialista encuentra en la inmigración un tema recurrente de crítica a la derecha; El examen para inmigrantes, la devolución de los ilegales a sus países de origen y los escasos (afortunadamente) casos de violencia contra ellos son su caballo de Troya para despreciar a los que no opinan como ella. Pero hete aquí que llega un día a la oficina con cara de pocos amigos y se desfoga a voz en grito: “Que vergüenza, he ido a guarderías para inscribir al niño y me dicen que no tengo preferencia, que los inmigrantes tienen preferencia. O sea que soy española y pago mis impuestos de toda la vida y ahora vienen “los panchitos” y tienen mas derechos que yo, vaya país de mierda”…que profundo.

Por desgracias estos no son casos aislados, los escucho a diario.

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