Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Navidad. Mostrar todas las entradas

viernes, 24 de diciembre de 2010

Feliz Navidad

Feliz Navidad a todos.

Aquí os dejo mi villancico favorito. Un placer para los oidos y en esta versión tambien para los ojos.


martes, 21 de diciembre de 2010

¿Por qué me gusta la Navidad?


El 25 de diciembre se celebra el nacimiento de Jesucristo. Alrededor de este sencillo acontecimiento que cambio el mundo se ha creado una época en el año que comúnmente llamamos “Las Navidades”.

Desde primeros de noviembre la maquinaria de consumo se pone a funcionar a pleno rendimiento en carteles, anuncios o propaganda a pie de calle. Alguien dijo una vez “Sé que el 50% de mi publicidad no funciona. Si supiese que 50% es…lo eliminaría”. Conmigo los publicistas no ganarían para disgustos ya que no veo ninguno cuando soy el amo del mando (que no del mundo). Y en los escasos momento en los que soy esclavo de los gustos de otra persona compruebo que no hay nada nuevo bajo el sol; Anuncios de juguetes muy chulos y dinámicos para chicos y un soberano coñazo para chicas, pese a que todas las marcas están comprometidas con la igualdad. Anuncios surrealistas de colonias que hacen hincapié en la libertad del individuo; Hay ahora uno que se hace preguntas del estilo ¿Quién te va a detener?, ¿Quién va a impedir que hagas lo que quieras?...hombre así a ojo, tus padres, la sociedad, las leyes, los políticos, el trabajo, tu pareja, los atascos etc. ¿De verdad hay alguien que se crea que por comprarse una birriosa colonia va a ser libre?

No subestimes el
poder de una colonia

Y por supuesto, no hay colonia que se precie de elegante que no este anunciada en inglés o en francés. Es curioso el concepto, calcado a las medidas de un gobierno: Para que se venda el producto es imprescindible que el 90% de la población no se entere del mensaje.
Sé que no me compraría algo que se anunciase como “Colonia Paco, pa’ la cara y el sobaco” pero seguro que con el rico vocabulario español se podrían construir buenos eslóganes.

Para completar el trío magnifico están los de turrones. Me gustaba siempre el del Almendro, pero desde que quitaron la mili perdió su gracia porque ya no sabemos si el hijo vuelve a casa por navidad o definitivamente porque le han embargado el piso.
 Me gusta la navidad porque la ciudad y la casa cambian; Se rompe la monotonía decorativa y si uno vive en una gran ciudad ve como las calles principales cobran vida por la noche. Los escaparates, los bares están más acogedores y casi siempre acabas sucumbiendo a la ñoñería generalizada. Nada de malo en ello.

Mucha gente opina que son “Las Navidades del Corte Inglés”. Sí y no.
Sí, si eres de los que con la excusa del consumismo no regalas nada “porque los sentimientos se llevan dentro”. Eso está muy bien pero no nos engañemos… ¿a quién no le hace ilusión un regalo por mucho que sepa que su pareja/familiar/amigo/ le quiere?
Yo procuro evitar las aglomeraciones de última hora y quizá por ello disfruto más buscando los regalos que cuando los entrego. Y cuando salgo de la tienda intuyendo que gustarán nadie puede borrarme la sonrisa de oreja a oreja.


Las pequeñas tradiciones familiares son otro aliciente. Comprar figuritas del Belén, cenar con parientes lejanos o seguir el protocolo habitual para preparar las comidas y las cenas del 24/25, 31 y 5 y 6 de enero son algunas de ellas.
También es común pensar en esas celebraciones como reuniones familiares obligadas; Creo que el pensamiento positivo sería “al menos una vez al año puedo verles y no perder el contacto”. Además es una incongruencia decir en un funeral la típica frase “a ver si nos vemos en otras circunstancias” y luego protestar porque esas circunstancias llegan por navidad.

Hay tradiciones que se pierden sin remedio. Hace tan solo unos años era muy típico recibir decenas de christmas (con o sin lotería dentro) y colgarlos del árbol o decorando una mesa. Internet y el teléfono móvil se han encargado de ir eliminando esa costumbre; Por ello es importante reforzar las otras. Belén, árbol, guirnaldas, cenas, comidas, las 12 campanadas, los regalos, los villancicos, la cabalgata…no hay otra época del año con más cosas especiales en apenas tres semanas.
Sin darnos cuenta, la mente, que ya ha olvidado la arena de playa y el tinto de verano para pasar a modo “que asco de trabajo” recibe una inyección de estímulos visuales, gastronómicos y sentimentales nada desdeñables y muy saludables para ella.

Santa Claus y señora. Los auténticos.
North Pole (Alaska)
(Santa Claus no lleva abrigo porque
tomé la foto en pleno agosto)
No me avergüenza repetirlo. Me gusta la Navidad. Aunque sólo sirva para durante unos días hacernos un poco menos malos…ya habrá merecido la pena.