Entre San Francisco y Los Angeles, conduciendo por la famosa Highway 1, hay una serie de pueblos bonitos con mucha historia. Una ruta muy recomendada si te gusta conducir.
Uno de esos pueblos es el pintoresco Solvang. Fundado En 1911 por inmigrantes daneses es un perfecto ejemplo de la cultura, costumbres y arquitectura que trasladamos los europeos a EEUU.
Si uno cierra los ojos y al abrirlos aparece en cualquier calle del pueblo, pensará que está en Dinamarca. Casas. Molinos, flores y comercios ambientan este pequeño punto en mitad de California. Precisamente su localización propicia numerosas tiendas especializadas en vino donde puedes hacer catas a un precio no demasiado razonable.Pese a ser un pueblo principalmente turístico, los comercios cierran a las 17:00 y los restaurantes a las 21:00.
Como llegamos a las 16:30 nos conformamos con una mini-cata, recorrimos el pueblo tranquilamente y visitamos la sencilla y bonita Misión de santa Inés.Nosotros elegimos este sitio como parada y fonda en nuestro viaje entre las anteriormente citadas grandes ciudades. Acertamos de pleno.
No da para más de un día pero si está haciendo esa ruta no conviene evitarlo.
Por descontado, de noche, no se escucha ni una mosca volar.
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| La misión de Santa Inés |
Una de las cosas buenas de norteamerica (tiene varias buenas y varias malas, como en todas partes) es que hay una mezcla brutal de estilos dada la mezcla de nacionalidades que fundaron el país. Se puede ver en estos pueblos fundados y que recuerdan al hogar de los emigrantes. Lo mejor de viajar es que puedes conocer lo típico representado en las capitales y lo extraordinario que solo se haya en los pueblos perdidos y algo anonimos ante la mundialidad. Este pueblo parece muy curioso, espero conocerlo algún día. Enhorabuena, los defines muy bien, soy capaz de imaginarlo aunque no haya estado.
ResponderEliminarSi, la verdad es que me encanta Nueva York, San Francisco, Chicago o Boston pero es en los pueblos "perdidos" donde más agusto me siento.
ResponderEliminarGracias.